viernes, 20 de mayo de 2022

Se requiere un ecosistema de salud digital enfocado en la experiencia del paciente

Cerca de dos millones de personas mueren al año por enfermedades crónicas, infecciones y cáncer, es decir, padecimientos que son prevenibles en su gran mayoría, según el Reporte IDC Health Insights LATAM realizado en Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México y Panamá.

“Al menos con una detección temprana se puede minimizar el impacto y en algunos casos se puede lograr la curación”, comentó Alonso Verdugo Medina, líder de la industria de la salud, CMO, Microsoft Latinoamérica durante su participación en el III Smart Health Leaders Summit México 2022.

Mencionó que los retos a trabajar se enfocan a la epidemiología, independientemente de lo que está pasando en Latinoamérica y con foco en la incidencia donde 1.630 millones de nuevos casos por año, distribuidos principales en enfermedades infecciosas, enfermedades neurológicas y psiquiátricas.

“Aunque el cáncer es una de las enfermedades con mayor impacto financiero, el porcentaje es menor, las otras enfermedades que golpean fuertemente los presupuestos de salud son las enfermedades crónico degenerativas que pueden alcanzar entre el 60 y 70% del presupuesto total de salud de un sistema, el poderlas atender y manejar bien esas enfermedades, son una prioridad”, dijo Alonso Verdugo.

El especialista explicó que el índice de prevalencia es de 407 millones de casos, “la pandemia ha puesto sobre la mesa, que las enfermedades neurológicas y psiquiátricas aunadas a los temas crónicos tienen impacto en la salud y repercutirán en temas de calidad de vida, de longevidad y en temas de productividad de una nación, sin contar con los impactos directos a nivel personal y familiar que son enormes”.


Tecnología de la salud

En el 2021, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estableció ocho principios rectores de la salud: conectividad universal, bienes digitales, salud digital, interoperabilidad, derechos humanos, inteligencia artificial, seguridad de la información y la arquitectura de la salud pública.

Mencionó que se requieren bienes de salud digital como: aplicaciones, acceso a data, open health anonimizada para poder mejorar las condiciones y la trazabilidad, y ofrecer un seguimiento de los pacientes para disminuir la brecha de educación digital, ser más inclusivos y apoyar en primer instancia a los más vulnerables. 

El uso correcto de la Inteligencia Artificial (IA) puede evitar sesgos, calificaciones inadecuadas, “en Microsoft tenemos un comité ético para ayudar a las compañías en proyectos de utilización con IA que puedan impactar a una comunidad”.

Dijo que los proyectos se deben desarrollar bajo tres vertientes: mejores experiencias y perspectivas y mejor atención. Mejores experiencias enfocadas en: cuidado personalizado para evitar eventos catastróficos. Mejores perspectivas: vía análisis clínico y operacional y la interoperabilidad de datos.

Mejor atención enfocada en la colaboración y coordinación con el equipo, el monitoreo continuo del paciente, vía el Internet de las Cosas y el análisis para optimizar los tratamientos.

“Crear nuevos sistemas de participación sanitaria conectando datos de múltiples sistemas de registro y con ello, proporcionar nuevas vías para el cuidado”, concluyó.



Fuente: El Economista

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