Más de 8.400 productos conforman en la actualidad la lista de los autorizados por ANMAT para el consumo de celíacos, siete veces más que en 2009, cuando se creó el registro a partir de la sanción de la ley 26.588 que busca fomentar la investigación y diagnóstico de esta enfermedad.
Más de 8.400 productos conforman en la actualidad la lista
de los autorizados por el ANMAT para el consumo de celíacos, siete veces más
que en 2009, cuando se creó el registro a partir de la sanción de la ley 26.588
que busca fomentar la investigación y diagnóstico de esta enfermedad que afecta
a una de cada cien personas y cuyo día mundial se conmemora mañana.
"La ley, producto de una lucha de muchos años,
representó un hito porque visibilizó la celiaquía. Hoy cuando te sentás en un
restaurante y decís que sos celíaco, aunque no tengan un menú específico, el
mozo tiene una idea de qué se trata", aseguró a Télam Mariana Holgado,
integrante de Asociación Celíaca Argentina (ACeA).
Y continuó: "También hubo un compromiso de la industria
alimentaria, cuando se creó el registro en el ANMAT de productos libres de
gluten había unos 1.200 y hoy superan los 8.400".
Según el Ministerio de Salud de la Nación, en los últimos
años la celiaquía aumentó su prevalencia "gracias a la utilización de
nuevos métodos de diagnóstico serológico que permitieron detectar un espectro
clínico más amplio".
Para la médica nutricionista Andrea Miranda, directora
médica de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI),
"más allá de lo técnico existe una mayor búsqueda de la enfermedad por
parte de los profesionales de la salud, aunque sigue estando
subdiagnosticada". En efecto, se calcula que por cada caso detectado,
existen entre cinco y diez sin diagnosticar.
La celiaquía es una intolerancia permanente al gluten, un
conjunto de proteínas que se encuentran presentes en el trigo, la avena, la
cebada y el centeno (TACC), así como en sus productos derivados; su tratamiento
consiste principalmente en llevar una dieta libre de TACC. Para el diagnóstico
se buscan determinadas proteínas con un análisis de sangre y si éstas dan
positivo, se pasa a una biopsia gástrica para ver el nivel de daño.
"Los síntomas son muchos y dependen de la edad en la
que la enfermedad aparece. Si es en la infancia, habrá vómitos, diarrea,
náuses, bajo peso, falta de apetito, pérdica de cabello, inflamación abdominal,
entre otros", detalló Miranda.
Y continuó: "En la adolescencia pueden sumarse otros
síntomas como dermatitis o costras en distintas partes del cuerpo, y en la
adultez pueden aparecer dolores de cabeza, desgano, infertilidad, abortos
espontáneos, miocardiopatías, etc.".
"La aparición de la enfermedad y sus síntomas depende
de tres factores: el genético, el ambiental y el inmunológico. Puede suceder
que una persona sea diagnosticada a los 40 años porque su intolerancia era
leve, entonces no tenía tantos síntomas, o bien porque la enfermedad apareció a
esa edad. En ambos casos la carga genética es la determinante", sostuvo la
nutricionista.
La participación de Mariana Holgado en ACeA está vinculada a
su condición de celíaca: "Me diagnosticaron la enfermedad a los 17 años,
no tenía muchos síntomas pero se la habían detectado a mi mamá recientemente y
entonces me hice la prueba".
Y añadió: "Al principio fue muy duro, pero de a poco
comencé a incorporar una dieta libre de gluten e inmediatamente empecé a
sentirme menos cansada. A más quince años de esto digo que se puede llevar una
vida normal, sólo es cuestión de organizarse".
Entre las asignaturas pendientes de la temática, ACeA
indentificó en primer lugar el alto costo de los "productos
específicos", ya que las verduras y carnes salen lo mismo que para
cualquiera, pero si uno pretende consumir panificados o pastas la diferencia es
mucha, por ejemplo, medio kilo de fideos secos libres de gluten puede costar
más de 60 pesos.
"Esto es un problema principalmente para las personas
con menos recursos, que tienen muchos hidratos de carbono en su dieta",
describió Holgado.
En diciembre de 2012, una resolución del Ministerio de Salud
de la Nación reglamentó el artículo 9 de la Ley 26.588 obligando a las obras
sociales y prepagas al pago de 240 pesos para harinas, premezclas y derivados
libres de gluten, monto que actualmente se extendió a 326.
"La implementación de esta medida depende de las obras
sociales y prepagas, algunas lo descuentan de la cuota, otras lo reintegran; lo
que estamos viendo es que la celiaquía se está tomando como enfermedad
preexistente, entonces cuando alguien con celiaquía quiere ingresar a una obra
social o prepaga es rechazada o bien se le cobra un plus", describió
Mariana.
"Esto pone a las personas en un dilema acerca de si
informar que tienen celiaquía para cobrar el beneficio u omitirlo para ser aceptada;
en ese contexto lo que pensamos es que quizás esta ayuda debería cursarse
directamente desde el Estado", agregó.
Holgado sostuvo además que "otra problemática que
visualizamos es que en las provincias que no adhirieron a la ley no sólo no se
cumple este beneficio de los 320 pesos, sino que además no están cubiertos
algunos anticuerpos para hacer el diagnóstico".
Con motivo de conmemorarse mañana el Día Internacional del
Celíaco, el Ministerio de Salud de la Nación lanzó el 2° Curso Virtual de Actualización
en Enfermedad Celíaca para equipos de salud con el objetivo de fomentar un
diagnóstico temprano y correcto de esta patología.
Fuente: Télam
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