lunes, 6 de junio de 2016

Sólo cuatro hospitales porteños cumplen las premisas del parto respetado

Sólo cuatro hospitales públicos porteños tienen un verdadero “parto respetado” como lo establece la ley, que respeta el derecho a estar acompañada por el padre u otro familiar, a la intimidad, a ser informada del tratamiento y a adoptar la postura física que sea más cómoda o que su cultura indique.

Sólo cuatro hospitales públicos porteños tienen un verdadero "parto respetado" tal como lo establece la ley, que "no termina en hablarle con amabilidad a la parturienta, sino en garantizarle a esa mujer un encuentro feliz con su hijo", informaron especialistas durante una jornada de la Defensoría del Pueblo porteña.

En muchos hospitales y maternidades de la Ciudad de Buenos Aires la mujer recibe un trato adecuado, correcto, y amable pero sólo en los hospitales Álvarez, Fernández, y Penna; y en la Maternidad Sardá está disponible la infraestructura necesaria para que ese nacimiento sea fruto del parto respetado.

"Por ley, esa infraestructura debería estar en los 23 hospitales públicos y dos maternidades para garantizar el parto respetado", dijo a Télam Diana Galimberti, impulsora de un cambio de paradigma que involucra a los profesionales de la salud, a las familias y a las comunidades.

En todo hospital o maternidad, cada 500 partos anuales, según consta en la Ley 25.929 (de Parto Humanizado), debería funcionar una sala TPR, donde la mujer pueda hacer su trabajo de parto, tener el parto, y recuperarse.

"Todo en un mismo espacio, donde pueda optar por la postura que considere natural para ella, y acompañada por la persona que considere significativa, entre otros acuerdos", señaló Galimberti, ex directora del Hospital Álvarez, pionera del parto "respetado".

Actualmente al frente del área Salud de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Alejandro Amor, la médica se pronunció en favor del "verdadero parto respetado" para lo que se necesita además de recursos humanos comprometidos con este cambio "una infraestructura acorde".

La sala de TPR consta de un espacio apropiado para que la mujer pase allí el tiempo necesario para el trabajo de parto junto al acompañante, un sillón vertical, un banquito especialmente acondicionado para el médico, entre otros facilitadores.

Para Analía Messina, actual jefa de Obstetricia del Álvarez, un principio básico de este nuevo modelo médico de atención contempla "la autonomía informada" que es la posibilidad de la mujer de decidir sobre el plan de parto entre distintas opciones.

"En nuestro hospital tenemos entre el 40 y el 60 por ciento de partos de mujeres de la comunidad boliviana: saber escuchar, comprender, y respetar a esas mujeres es reconocer la interculturalidad, que es parte de nuestra realidad", señaló la jefa del servicio.

Para Messina, "eso no nos obliga a compartir el mundo simbólico de esa comunidad pero sí nos permite respetar la autonomía informada de la mujer que va a tener un hijo, con ayuda de la tecnología".

El parto sin dolor; el derecho a estar acompañada por el padre, otro familiar o persona significativa; a la intimidad; a ser informada del tratamiento; y a adoptar la postura física que sea más cómoda o que su cultura indique, son las premisas clave del parto respetado, que además promueve el apego temprano.

Por ese motivo, el tiempo de permanencia de ese bebé con su mamá en la TPR inmediatamente después del parto, sin traslados a otras salas, para ser revisado por el neonatólogo es parte de ese respeto también.

"Puedo asegurar que hay nacimientos que como obstetra no podré olvidar jamás", sostuvo Silvia Taboada, quien asegura que pasa muchas horas en la TPR del hospital Alvarez, donde su misión es lograr "una comunicación horizontal con la persona que espera al hijo".

"No alcanza con saber qué decir o ser amable o correcta; hay que poner el equipo a disposición de esa mujer o pareja o familia para que sea respetada y pueda sentir es el centro de ese nacimiento", acotó.

Para la Ciudad de Buenos Aires, "el panorama es muy heterogéneo. Hay mucho por hacer también en el ámbito de las obras sociales y prepagas donde el parto respetado no se garantiza en todos los lugares", dijo a Télam el jefe de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud porteño, Ariel Golubicki.

"El centro obstétrico del Hospital Penna, que cuenta con cuatro TPR; la maternidad Sardá, donde se realizan 6.000 de los 28.000 partos públicos en la Ciudad de Buenos Aires son modelos de parto respetado y adhieren al programa "maternidad segura y centrada en la familia", señaló.

A pesar de la Ley de "Parto Humanizado" hay otras leyes que buscan dejar atrás la violencia obstétrica, como la Ley 26.485 (Violencia contra las Mujeres), coinciden los especialistas.

Exceder el límite del 15 por ciento de cesáreas, y negar la posibilidad de elegir tener anestesia en el parto se considera también violencia obstétrica.

Así como las descalificaciones del trato como "no dirigirse a la persona por su nombre sino con diminutivos", o expresar ante el dolor de la mujer en parto que "lo hubiera pensado antes" son apenas algunos de los ejemplos comunes de esa violencia verbal que refleja la problemática.

Fuente: Agencia Télam

2 comentarios:

  1. Mi sobrina tuvo a su primer hijo en el Fernández. Puede ser que tengan la infraestructura pero no respetan ni a la persona en su dignidad intrínseca.

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  2. En el Fernandez tienen salas de TPR, eso no significa que respeten a la mujer en parto -queda sola por haciendo su Trabajo de Parto- el acompañante entra casi cuando asoma la cabeza del bebé (siempre y cuando haya comprado el equipo quirúrgico) etc etc etc

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