El metaverso y la mejora en salud

El metaverso crea una experiencia inmersiva en un mundo virtual, caracterizada por la inmediatez, la ubicuidad y la multisensorialidad caracterizada por la combinación con la realidad virtual, la aumentada e inteligencia artificial. A través de un avatar, es decir un “yo ficto” se interactúa en un espacio de virtualidad.

Las universidades ya presentan proyectos de experiencias metaversales para enriquecer el aprendizaje de sus alumnos y se han multiplicado las ofertas académicas vaticinando escenarios futuros frente a las incertezas y oportunidades de esta tecnología revolucionaria. Algunos de ellos fueron abordados en el Congreso Internacional #ORP2022 -coorganizado por la Universidad Autónoma de Chile- celebrado en Colombia, que tuvo como uno de sus focos de debate las nuevas configuraciones en los multiversos y/o metaversos.

Un aspecto relevante del metaverso son los posibles usos en los sistemas de salud, ¿en qué medida esta realidad podría beneficiarlos? La pregunta es por supuesto ambiciosa, pero sin duda muy atingente, debido al uso de tecnologías coadyuvantes en las prestaciones de salud durante la pandemia. Por ejemplo, la telemedicina permitió aligerar las demandas de las instituciones sanitarias.

La proyección del uso de metaversos con fines terapéuticos posee ya antecedentes en el uso de BCIs (interfaz cerebro-computador), que utiliza Inteligencia Artificial, también en el uso de Deep Brain Stimulation en pacientes con Parkinson. Cuando estas son utilizadas en función de un beneficio terapéutico, pareciera que las mayores dificultades radican en la equidad en el acceso a estas neurotecnologías, lo cual requiere además, de una necesaria modernización del sistema de salud hacia una digitalización que logre una interoperabilidad e interconexión, con respeto a la dignidad de las personas. Todo ello se traduce en que estas tecnologías no vulneren la privacidad, cuyo desafío radica en el enorme flujo de datos, así como la integridad mental, resguardado por la reforma constitucional de neuroderechos. La autonomía y autenticidad, dado por que las tecnologías aplicadas no modifiquen la personalidad de las personas. La identidad personal (concepto que alude a la persistencia de aquello que le otorga continuidad a una persona, y la agencia (en el sentido de que los pacientes pueden a través de neurotecnologías restaurar funciones motoras facilitando la acción).

No es difícil imaginar cómo la inmersión en metaversos podría ser una terapia para las fobias, o bien para investigar comportamientos patológicos.

Las aplicaciones eventuales del metaverso en las terapias interpersonales es una realidad atractiva que probablemente encontrará resistencia por parte de los terapeutas tradicionales.

Junto con ello, el diseño de los universos virtuales deberá considerar variables culturales, que no pongan en peligro la neurodiversidad, así en materia de salud, las discusiones de antropología médica poseen un amplio campo fértil de discusión e interpelación, sin ignorar los desafíos regulatorios propios de las tecnologías metavérsicas.

Fuente: Elmostrador.cl