Los últimos años nos han demostrado que la adopción de la tecnología brinda grandes posibilidades para cerrar las brechas que aún tenemos como humanidad. La OMS, por ejemplo, ha reconocido que su uso es clave para transformar los sistemas de salud en el mundo y que la telesalud, además de facilitar el acceso a una atención médica de calidad, también puede ayudarnos a estar mejor preparados en el futuro.
La pandemia modificó nuestra percepción como usuarios sobre la salud y también llevó a la industria a adaptarse a las nuevas condiciones. Actualmente, el 56% de las instituciones de atención médica en el mundo tiene previsto aumentar su inversión en telesalud y atención virtual. En México, de acuerdo con una investigación de Kaspersky, 53% de las organizaciones médicas empezó a utilizar estas soluciones después de la contingencia.
Expertos de la industria han señalado que la medicina a distancia es práctica y atractiva en diferentes sentidos: implica un alcance inmediato, menor transmisión de enfermedades, una reducción de costos, así como la posibilidad de ayudar a más personas en menos tiempo.
Gracias a estos beneficios, la demanda de los servicios de telesalud ha aumentado. Como parte de nuestra investigación, detectamos que, en México, por ejemplo, el más común es la telesalud asíncrona, un método que recopila y almacena los datos de los pacientes en una plataforma basada en la nube para la posterior consulta de su médico.
Si bien esta respuesta positiva ha tenido eco en la práctica médica real, aún tiene retos importantes para su adecuada implementación. Por un lado, es importante fortalecer la infraestructura tecnológica pues, por ejemplo, durante la pandemia, la OMS informó que incluso los sistemas de salud y datos más avanzados tuvieron dificultades para brindar información casi en tiempo real y actuar con rapidez.
Por otro, está la seguridad, como una preocupación para instituciones médicas y para pacientes. De acuerdo con nuestro estudio, en México, el 80% de los proveedores de servicios médicos afirmó que los doctores de su organización se preocupan por la protección de los datos de los pacientes cuando realizan sesiones remotas, mientras que el 40% informó que las personas han rechazado estos servicios por cuestiones de privacidad.
Es imperativo que las instituciones de salud hagan de la ciberseguridad su prioridad. Que evalúen su nivel de defensa actual, protejan los equipos médicos basados en sistemas integrados y adopten adecuadamente las soluciones de seguridad. Éstas juegan un papel importante pues garantizan el control de las infraestructuras informáticas y aseguran la protección de todos los dispositivos corporativos que tienen acceso a la red de la institución.
Fuente: El Sol de México
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