Tanto para las grandes empresas como para los fondos de inversión, la Argentina es un hub regional de recursos humanos capacitados para desarrollar negocios con foco en la tecnología.
Tal y como lo definió Tomás Reboursin, director de Negocios Enterprise para Microsoft Argentina, la pandemia generó un “efecto de aceleración” en plena transformación digital. Es decir, que aquellas tecnologías que auguraban llegar a nuestras vidas dentro de varios años, precipitaron su arribo a raíz de las condiciones mundiales. A su vez, Argentina fue -y es- un polo de talento emprendedor con mucho potencial de inversión, acorde a lo que explicó Lorena Suárez, presidenta de la Asociación de Fondos de Capital Privado de Argentina (ARCAP). Ambos compartieron un panel en el evento “La revolución de la economía digital: capítulo 4″, organizado por LA NACION, y brindaron su opinión y visión respecto al potencial argentino y regional en el mundo tecnológico.
En primer lugar, el mundo vive inmerso un paradigma, el de la cuarta revolución industrial, donde las empresas de todo el planeta tienden a lo tecnológico. Están aquellas nativas digitales y otras que están en plena transformación, pero, a fin de cuentas, todas tienden a lo mismo: la digitalización.
El cambio está a la vista y la tendencia se evidencia, por ejemplo, en las inversiones destinadas a los emprendedores. Suárez explicó que en los últimos diez años, creció por 100 la cantidad de dinero invertido a este perfil tecnológico de las startups en la Argentina y en América Latina, y los resultados estuvieron a la vista: Brasil y la Argentina encabezan la lista de generadores de unicornios en la región.
“Hoy, los emprendedores hacen un emprendimiento que en cinco o seis años es una gran compañía. La segunda empresa de tecnología más valiosa de toda Latinoamérica es una que surgió hace no más de cinco años como un banco digital”, ilustró la titular de Arcap, en diálogo Ignacio Federico, periodista de LA NACION y moderador del panel.
En consonancia con esta afirmación, Reboursin destacó que “la oportunidad de transformación es enorme” y que, además del emprendedurismo, son las grandes empresas las que también buscan una transformación tecnológica. En su exposición, destacó los ejemplos de YPF, Techint e incluso el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, tres perfiles muy distintos que junto a Microsoft impulsan un cambio de esta talla.
Según Suárez, en los sectores de salud, educación y soluciones financieras se encuentran las mayores oportunidades de inversión. Otros, como la gestión y retención del talento, sobre todo el talento digital, ven menor apoyo económico, pero ya se evidencia una tendencia a futuro con potencial de crecimiento. Nuevas tecnologías como las criptomonedas, blockchain, las finanzas descentralizadas y la Web 3 asoman con timidez en el panorama inversor, pero auguran un cambio transformador de cara a lo que viene.
Pero, al momento de desembolsar sumas de dinero, más aún en países como la Argentina, surgen ciertas dudas. Tecnologías en crecimiento y un contexto económico volátil son dos factores de duda más que de seguridad. Sin embargo, la coyuntura local no impacta directamente en el mundo de los emprendedores o inversiones en tecnología, explicó Suárez. Al momento de asistir, los fondos de inversión como los que integran Arcap, ponen la mirada en “el equipo, el talento, la capacidad de hacer lo que prometen y que atiendan o resuelvan problemas muy grandes” más que en la situación económica del país de origen.
“La característica que tienen estos emprendedores es que no importa dónde nacen. Muy rápidamente ofrecen soluciones y resuelven problemas para la región y el mundo. Lo que tiene la Argentina, y que no lo afecta ninguna crisis, es que tiene mucho talento digital, capacidad emprendedora y ejemplo de emprendedores exitosos que inspiran a otros”, completó.
El talento como capital más valioso
Ambos coincidieron que hay talento digital en Argentina y eso pone al país en cierta ventaja competitiva respecto al mundo. Además, según Reboursin “es uno de los motores de la transformación”, aunque también enfrenta sus propios desafíos. “Según la Cámara de la Industria Argentina de Software, todos los años quedan 15.000 puestos vacantes de talento tecnológico y hay dos herramientas que podemos buscar para mitigarlo: capacitación y toda la parte de Low-Code/No-Code”, explicó el ejecutivo de Microsoft.
“En primera instancia, se trata de lograr que la gente tenga las capacidades para operar la tecnología. Microsoft tiene un compromiso de entregar capacitaciones y poder darle acceso al mercado laboral a quien está sin trabajo”, explicó Reboursin. Su labor no solo se aplica a empresas e instituciones, sino que también apunta a perfiles que lejos quedaron del avance tecnológico y lo necesitan para una reinserción laboral.
“El otro tema es la parte de Low-Code/ No-Code, que son nuevas tecnologías que simplifican el acceso al desarrollo tecnológico y permiten que gente que no tenga la formación tan profunda pueda desarrollar soluciones tecnológicas”, amplió. Como ejemplo concreto, Reboursin mencionó Power Apps donde, una herramienta a través de la cual una compañía de salud desarrolló una aplicación de autogestión administrativa. “Ahí tenés dos beneficios: la mejora de procesos y la transformación de una persona y un equipo a un grupo de desarrollo de tecnología a través del acceso democratizado de esa tecnología”, advirtió.
Criptomonedas, Blockchain y el futuro de la inversión tecnológica
“La Argentina ha sido un país donde se desarrolló mucho la comunidad cripto”, sintetizó Suárez. Pero, si bien las comunidades están bien formadas y el interés está en aumento, la inversión todavía no es muy fuerte. “La tecnología blockchain, al menos desde del punto de vista de los inversores, no sabemos el alcance que podría llegar a tener. Pero es tan revolucionaria que podría generar una nueva era, como lo hizo Internet en su momento. Es incipiente, no estamos viendo todavía grandes ganadores, pero sí una evolución”, resumió. Tal es la importancia que se le puede dar y tan grande su capacidad que incluso “podríamos llegar a encontrar una nueva web”, dijo.
Ahora bien, el futuro puede sonar tentador, pero los cambios que se producen en la actualidad hay que mirarlos de cerca. La pandemia, remarcó Reboursin, cambió muchas dinámicas, como el trabajo, y la tecnología influyó favorablemente a la creación de un nuevo paradigma: el empleo híbrido. “Eso, conjugado con la presencialidad, nos genera una nueva realidad que yo creo que suma. La hiperconectividad es otra tendencia importante. La relación hiperconectada entre la demanda y la oferta, los consumidores y las empresas. La tecnología realmente ha revolucionado toda la cadena de valor, los consumidores son más demandantes y están más conectados, y las empresas tienen que transformarse para poder abastecer esa demanda”, advirtió.
Como en toda transformación, el camino es largo y si bien se evidencia un incremento en inversiones -creció US$500 millones a US$1300 millones en emprendedurismo argentino en el último tiempo-, va a haber una desaceleración. “Algunos capitales se van por el crecimiento de la tasa de interés. Pero hay fondos como los que representa Arcap que buscan ayudar a desarrollar en la Argentina y en la región proyectos que son a largo plazo. Hay talento emprendedor cada vez más sofisticado”, aseguró Suárez.
Pese al crecimiento, el talento y el surgimiento de fondos de inversión, América Latina es todavía una de las regiones menos invertidas en el mundo. “Se invierten siete dólares por habitante, mientras que en países como Estados Unidos e Israel, se invierte entre US$200 y US$400. Pero los que invertimos en este perfil de emprendedores entendemos que la tendencia va a crecer. Va a haber emprendedores fantásticos que acompañados por fondos van a crear mucho valor”, cerró.
Fuente: La Nación
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