Los casos se han reducido un 99% en 125 países desde 1988. Usar dos tipos de vacuna en lugar de una sola genera más
protección contra la enfermedad.
Este es un mundo casi libre de polio ya que, gracias al
fomento de la vacunación, los casos de la enfermedad se han reducido un 99% en
125 países desde 1988. Pero este logro no es suficiente para médicos y
autoridades sanitarias que pretenden erradicar ese 1% que queda. Los países que
todavía presentan brotes de forma endémica -Nigeria, Afganistán y Pakistán- son
un riesgo para un planeta cada vez más globalizado. Por este motivo, los datos
aportados por un estudio publicado en Science han sido adjetivados como
"históricos, cruciales o reveladores" ya que son la prueba definitiva
de que usar dos tipos de vacunas en lugar de una sola genera una robusta
protección necesaria para el fin de la enfermedad.
La poliomielitis es una infección viral que suele ser
asintomática, lo que favorece su propagación. Puede estar causada por
cualquiera de los tres tipos del poliovirus humano y, en algunos casos, genera
debilidad muscular y parálisis. Estos problemas han ido disminuyendo desde el
desarrollo de dos vacunas en los años 50: Salk, hecha con virus inactivados y
que se la conoce por las siglas IPV, y Sabin u OPV, fabricada con poliovirus
atenuados.
Con ellas, nació también un debate: ¿Cuál era la mejor?
Desde su inicio se optó por OPV porque era una vacuna oral de fácil
administración, que da lugar a inmunidad intestinal y barata. Sin embargo, con
el tiempo va disminuyendo su protección en el aparato digestivo -donde se
multiplica el virus- y, aunque los niños no suelen enfermar, son portadores del
patógeno pues la vacuna contiene virus atenuados que se excretan por las heces
y que pueden contagiar a otros pequeños no vacunados. Esto supone un problema
sobre todo en aquellas poblaciones donde la inmunización no es generalizada.
Pero, ¿qué pasaría si en estas poblaciones se administraran
las dos? Hasta la fecha no había una respuesta clara a esta pregunta pero,
ahora con los datos del trabajo liderado por Hamid Jafari, director de la
Iniciativa para la Erradicación Global de la polio en la Organización Mundial
de la Salud (OMS), ya se conoce el efecto. "Lo que el estudio muestra es
que IPV debería usarse para acelerar la erradicación del virus en poblaciones
que tienen un acceso limitado a la vacunación. También ofrece evidencia para su
empleo en viajeros con el fin de limitar una propagación internacional del
virus", señalaba ayer en una teleconferencia.
La investigación, realizada en casi 1.000 bebés y niños de
Uttar Pradesh -una localidad en el noreste de la India-, demuestra que aquellos
que recibieron una dosis de IPV, además de la vacuna oral, presentaban menos
virus en su cuerpo y la cantidad excretada por las heces también era mucho
menor, por lo que el riesgo de contagio a otros niños se reduce
considerablemente.
"Los resultados demuestran claramente que una dosis de
IPV fortalece sustancialmente la inmunidad serológica y de la mucosa intestinal
en niños que habían sido vacunados previamente con OPV. Los datos son
históricos y tienen un gran número de implicaciones operativas para la
erradicación global de la polio", asegura a EL MUNDO Oliver Rosenbauer
portavoz de la OMS para la polio.
"Este estudio ha revolucionado nuestra comprensión
sobre IPV y cómo utilizarla dentro del esfuerzo para la erradicación global de
la polio y asegurar que los niños reciban la mejor y más rápida protección
posible", explica otro de los autores del estudio, el doctor Bruce Aylward
que es director general adjunto para la polio en la OMS.
De hecho, los datos son tan positivos que van a marcar la
agenda de vacunación de 126 países que sólo usan la OPV. Porque el resto hace
años que ya habían sustituido en sus calendarios la oral por la IPV. "En
España se introdujo en 2002. Porque, aunque la vacuna oral es fantástica,
produce un caso de parálisis cada 2,5 millones de vacunados. Ese es un riesgo
demasiado alto en países donde no hay casos", explica José María Bayas,
responsable del Centro de Vacunación de Adultos del Hospital Clínic de
Barcelona.
La OMS está trabajando con GAVI (una entidad público-privada)
y otras organizaciones para que esta estrategia se incorpore lo antes posible y
que el fin de la polio pueda ser una realidad. Porque como asegura Rosenbauer:
"un 99% del mundo está libre de polio, pero no es suficiente para
erradicarla, nuestro propósito es tener un mundo 100% libre de polio. IPV
podría tener un papel significativo en logar ese final para el 1%".
Fuente: Diario El Mundo
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