La farmacéutica enfrenta un proceso
legal por las pruebas de un medicamento contra el lupus en ese país.
La familia de Juan Santos Sierra, que murió mientras
participaba en un ensayo clínico de la sustancia sifalimumab para el lupus
desarrollado por el laboratorio AstraZeneca, se ha querellado por estafa y
homicidio imprudente contra la compañía farmacéutica, tanto la casa madre de
Suecia como la filial de España y su aseguradora, con sede en Gibraltar. El
juez ha admitido la querella, abriendo diligencias en una investigación que se
extiende también a la Consejería de Salud y Política Sanitaria de Extremadura y
al Hospital de Mérida en el que se realizaron los experimentos y donde Santos
Sierra murió. Según los abogados, se trata de un caso inédito.
La familia considera que Juan sufrió una estafa. Cuando fue
reclutado para el ensayo clínico, firmó un consentimiento que les hizo creer
que iban a estar protegidos en caso de daños y/o fallecimiento. La peor de las
opciones se materializó y Juan acabó muriendo.
Después de su fallecimiento no hubo autopsia para comprobar
si había habido algún error en las dosis o no, pero el médico investigador que
le atendió confirmó dos días después de su muerte que "no podemos asegurar
que no tenga relación con el estudio por lo que señalamos su relación".
En los cuatro días anteriores a la muerte de Juan, su
familia asegura no haber recibido ninguna información sobre el grupo de
experimentación en que se encontraba o si había sido tratado con placebo o con
el medicamento en investigación, así como tampoco sobre las características del
fármaco o la dosis suministrada. Sin embargo, los laboratorios suecos niegan en
cualquier momento su responsabilidad, alegando que el paciente fue tratado con
placebo y no con el sifalimumab, una sustancia de la que, según la defensa, se
ha certificado al menos una muerte tras su uso. "AstraZeneca llevó a
cabo un detallado proceso de investigación interno que constató la completa
ausencia de relación de causalidad entre el citado fallecimiento y el
medicamento experimental analizado (que no fue suministrado al paciente por
estar recibiendo placebo) o la participación en el referido ensayo clínico,
información y conclusiones que fueron oportunamente trasladadas a la familia y
a sus representantes". Pese a estos argumentos, el juez ha visto
pertinente iniciar la investigación.
La compañía no explica si es cierto que no se le practicó
autopsia o por qué no se comunicó el fallecimiento a la Agencia Española de
Medicamentos
Francisco Almodóvar, del Bufete Almodóvar & Jara,
asegura que "nos querellamos porque consideramos que se ha producido un
engaño a Juan y a su familia, en términos coloquiales un fraude científico o en
términos jurídicos, una estafa. Los datos de seguridad del ensayo mejoraban a
la hora de comunicarlos a la comunidad científica. No hubo autopsia para
comprobar si había habido algún error en las dosis o no. En cuanto a la
acusación de homicidio imprudente, el laboratorio ha comunicado en la
literatura científica al menos un caso de fallecimiento causado por la
sustancia en investigación. Así pues, ante la falta de autopsia, que deberían
instar los querellados, es muy probable que altas dosis de sifalimumab fueran
la causa de la muerte de Juan".
Otra violación de la legalidad, según los abogados de la
familia, fue que el laboratorio no avisó a la Agencia Española de Medicamentos
y Productos Sanitarios el deceso, algo obligatorio e inmediato. La familia
considera que estos hechos son indicios suficientes de delito y por este motivo
han decidido ir por la vía penal, seguramente por vez primera en España por
estos motivos. En definitiva, argumentan los querellantes, "si Juan Santos
hubiera sido informado adecuadamente sobre los procedimientos de seguridad
reales del ensayo y las barreras informativas que los agentes que intervienen
en la prueba están poniendo a su familia y supiera que con él no se activó
ningún protocolo preparado para casos de emergencia como el suyo, seguramente,
no hubiera participado en el experimento". Por tanto, concluyen, hubo
engaño, que obligó a realizar una actuación a Juan que fue en detrimento de su
salud y vida y en perjuicio de su familia a la hora de investigar las verdaderas
causas de su muerte.
Desde AstraZeneca se ha rechazado responder a las preguntas
de Vozpópuli sobre si es cierto que no se le practicó autpsia o por qué no se
comunicó su fallecimiento a la Agencia Española de Medicamento.
En lugar de eso, los laboratorios de origen sueco se han
expresado de la siguiente manera mediante un comunicado: "AstraZeneca
España siente profundamente el fallecimiento de una persona y comprende el
dolor de sus familiares. La compañía reitera que ha colaborado con los
representantes de la familia y las autoridades correspondientes en todo momento
y cuando se le ha requerido. Nuestros ensayos clínicos cumplen, en todos los
aspectos que implica una investigación de esta naturaleza, los máximos
principios científicos y éticos con el fin de minimizar cualquier tipo de
riesgo para quienes forman parte de ellos. Nuestros estándares globales exigen
salvaguardas muy estrictas para proteger a los participantes y garantizar que
han manifestado su pleno consentimiento y han comprendido las implicaciones del
proceso".
Fuente: Mirada Profesional
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