Al pensar en realidad virtual la primera imagen que se viene a la mente es la de un cirujano con unas gafas practicando una operación, pero hay mucho más detrás. Este tipo de tecnología ya no es una promesa para el futuro, sino una realidad que se está implementando con éxito en todo el mundo, incluida España.
En octubre de 2016 la compañía Play Station lanzó las primeras gafas de realidad virtual. Con solo ponerse la máscara el usuario se encontraba metido en una jaula de protección en medio del océano, mientras sufría los ataques de un tiburón blanco. Se trataba solo de la tarjeta de presentación de una tecnología que revolucionaría el mundo de los videojuegos, la psicología, la educación, y por supuesto, el sanitario.
Pueden contarse con los dedos los hospitales españoles que utilizan la realidad virtual. A pesar de que existe "un interesante ecosistema de emprendimiento en España, probablemente más centrado en Barcelona que en Madrid debido a que allí se está poniendo más el foco en la inversión pública hacia la transformación digital", según indica el miembro de la junta directiva de Asociación de Salud Digital (ASD), Julio Jesús Sánchez García; aún hay muchas barreras en el país respecto a otros a la hora de comercializar este tipo de tecnologías. "Creo que todo el mundo que se ha dedicado a la realidad virtual o la seguridad digital en general, se ha encontrado que cuando se lleva una innovación al hospital a veces el procedimiento de compra pública no es ágil", añade. Los expertos indican que la sanidad privada está más avanzada en transformación digital que la pública. El volumen de inversión, la agilidad en la toma de decisiones o el procedimiento de contratación ayudan a que en el ámbito de lo privado "haya más dinamismo y esté avanzando de forma más rápida en la transformación digital que la pública.
La realidad virtual puede introducirse en diversos ámbitos. El entorno educativo tradicional para un médico siempre ha sido trabajar con cadáveres. Ahora con la aplicación de esta tecnología "se obtienen modelos de estudio con posibilidades que no las ofrece el mundo físico ya que con esta se puede agrandar, girar o voltear", explica el miembro de la ASD. Por otro lado, "la simulación permite adquirir habilidades mediante la práctica repetida con escenarios que imitan muy fielmente la realidad con maniquís automatizados, actores o entornos simulados clínicos, entre otros", añade el jefe de urgencias del Hospital HLA Universitario La Moncloa, el doctor Vicente Gómez Tello. Además, "la realidad virtual puede conseguir disminuir el tiempo de aprendizaje de conocimientos complejos o el dominio básico de una técnica o proceso diagnóstico o terapéutico sin el estrés de dañar al paciente y reduciendo el tiempo de su curva de aprendizaje", explica. El diagnóstico por imagen es una de las partes más desarrolladas de la medicina virtual. "Se puede acceder en el entorno laboral a un cuerpo humano concreto para poder revisar determinadas características de la situación del paciente de cara a un diagnóstico o futura intervención", recalca Julio Jesús Sánchez García.
En cuanto al uso de la realidad virtual en las operaciones, el profesional puede planificarlas y elegir trayectorias con carácter previo a la cirugía en el mundo real. Además, permite mostrar al paciente el tipo de cirugía que se va a realizar. También se puede utilizar para que profesionales sanitarios que no están presencialmente en el quirófano puedan estarlo virtualmente. Los expertos recuerdan que la realidad virtual está llegando al mundo clínico, pero son experimentales. De igual importancia, la realidad virtual se está utilizando en el ámbito de las cirugías que tienen que ver con la reconstrucción dónde normalmente hay que incorpora piezas externas al paciente, por ejemplo, la ortoprotésica o dental. Una vez construida la prótesis se puede ver en virtual sobre el paciente para ver cómo encaja o cómo van a tener que ser determinados aspectos.
Por otra parte, el ámbito psicológico es uno de los más prometedores para el uso terapéutico de la realidad virtual, por ejemplo, para el tratamiento de las fobias, trastornos de atención, salud mental, valoración de lesiones cerebrales y rehabilitaciones o gestión del dolor, entre otros.
Para introducir la realidad virtual en el hospital, el centro necesita presupuesto y profesionales con alta preparación y experiencia quirúrgica para saber aprovechar de una forma óptima este tipo de tecnología. También es necesario "un soporte informático y la posibilidad de robotizar todo este tipo de procedimientos y medios diagnósticos de imagen, escáner y resonancias, entre otros; que optimicen la calidad de las imágenes a utilizar", afirma el jefe de servicio de neurocirugía del Equipo de la Torre Vithas Madrid, el doctor Manuel de la Torre Gutiérrez.
No hay duda de que el desarrollo de realidades virtuales representa el futuro de la medicina. Es un universo que aún está por descubrir y tiene mucho más que dar. "El futuro verá una medicina más segura, más entrenada en fundamentos prácticos y también más reflexionada desde la práctica", exclama el doctor Gómez Tello.
Fuente: El Economista
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