Garantiza el derecho a la educación y el acceso al
diagnóstico y al tratamiento.
Una estimación conservadora indica que uno de cada 10
alumnos tiene algún trastorno que le impide aprender lo que enseña el maestro o
el profesor que cada día se para al frente del aula. Una de esas llamadas
dificultades específicas del aprendizaje (DEA) es la dislexia, a la que se le
atribuye el primer lugar en la lista de causas de fracaso escolar. Anteayer, el
Congreso aprobó un proyecto de ley que garantiza el derecho de esos chicos y
adolescentes a la educación y el acceso al diagnóstico y el tratamiento
oportunos.
"Cuando me preguntan qué es tener dislexia, les
respondo que es como leer en portugués sin saber el idioma y escribir todo el
tiempo con la mano izquierda cuando se es diestro. Entonces, cuando en la
escuela le piden a un chico o un adolescente disléxico que se apure con alguna
tarea, es muy agotador el esfuerzo para poder cumplir", explicó Gustavo
Abichacra, presidente de la Asociación Dislexia y Familia Argentina (Disfam).
La norma, que espera la promulgación y la reglamentación,
obliga al sistema de salud a cubrir la detección temprana, el diagnóstico y el
tratamiento de las DEA, además de su difusión con campañas.
"A los padres se les hace sumamente difícil pagarlo y
hasta el momento no era cubierto porque no se consideraba que perteneciera al
área de la salud. Es más: a muchos padres de nivel socioeconómico más limitado
les resulta imposible acceder al tratamiento, porque en los hospitales no hay
servicio de tratamiento psicopedagógico para estas dificultades", indicó
Rufina Pearson, doctora en Psicopedagogía, que defendió el proyecto ante los
diputados.
Comentó que, por ejemplo, las obras sociales "sólo
aprueban el tratamiento por el Plan Médico Obligatorio (PMO) en los casos de
discapacidad. Y estos chicos no tienen discapacidad".
Las DEA no diferencian entre niveles de ingresos o
educación. Son un conjunto de trastornos que generan dificultades para leer,
escribir o hablar, principalmente. Esto afecta el aprendizaje. "Es una
dificultad genética con una base neurobiológica -aclaró Pearson-. Está
comprobado por numerosos estudios por neuroimágenes que el cerebro procesa la
información de distinta manera que alguien sin una DEA."
La ley también se ocupa de la formación docente para
reconocer estos trastornos en el aula y poder intervenir a tiempo para
facilitar el proceso de aprendizaje. "No se enseña sobre las DEA en la
carrera de magisterio. No hay ni una sola materia dedicada a eso. Entonces, los
futuros docentes aprenden a enseñar, pero no a reconocer por qué los alumnos
podrían no aprender", dijo Abichacra.
Ahora, se espera que el Poder Ejecutivo promulgue la ley y
la reglamente. "Un tratamiento para un chico con dislexia dura unos dos
años y, actualmente, las obras sociales y prepagas cubren 25 sesiones de psicopedagogía
o fonoaudiología, que son casi tres meses de atención. El resto lo tienen que
cubrir los padres y, a veces, los prestadores no cuentan con los especialistas
necesarios", contó el titular de Disfam.
"Con la ley, ahora todos en el área de educación y
salud tendrán que saber qué es la dislexia, por ejemplo, y una vez que un chico
tenga el diagnóstico, en el colegio se tendrán que hacer las adaptaciones de
acceso y forma de los contenidos obligatoriamente", agregó.
También se aprobó la ley de leches medicamentosas, que
amplía la cobertura de esos productos para los chicos de un año que todavía
necesiten consumirla cuando padecen alergia a la proteína de la leche de vaca.
La cobertura es del 100% del costo y por no menos de 10 latas por mes.
Fuente: La Nación
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